Torrencial es mi inspiración al pensar en ti, haces que mi cuerpo se estremezca de cosas jamás antes escuchadas, de cosas utópicas, interesantes, delicadas, obscuras, sensatas, ingratas… Eres esa gota de agua que corre en la mañana, eres como ese aguacero que se posa en la ventana cada vez que miro, lucero de luz, lucero de fuego, hijo de Adán, tentación eficaz, que envuelve mi pensamiento, mi ser entero. Regresa y quédate hasta el final, que me quiero enredar en tus brazos, que quiero que sostengas mi mano, que me beses como nunca besaste a nadie, que seas el único en mi vida, que sepas que yo soy esa mujer que en realidad te ama, esa mujer que te amará, esa mujer que aunque no hace promesas, siente que eres tú el elegido, que tú tienes esa energía especial que se posa en mi como si fueras luz, esa luz blanca que decide seguir adelante, seguir junto a mí, como si fuéramos uno. Ahí encontramos el punto perfecto, esa sensación de ilusión que se crea a través de ese deseo impuro, que no solo se siente, sino que se realiza, que se va de lo común, que se olvida de tantos prejuicios, se aleja de la masa, que se encierra en cuatro paredes llenas de pasión, llenas de la más íntima ocasión, estupefacta, de temor ante lo más bello, ante lo que somos, para lo que fuimos creados, humanos, tan ingratos como tan perfectos llenos de imperfección. Ahí llegamos al punto, a ese clímax, donde solo hay dos personas sonrojadas de tanto calor, volviéndose mamíferos, refiriéndose a lo innato, a lo natural. La ropa se desase como humo, los cuerpos se unen como uno, los cabellos más pequeños se erizan, los músculos tranquilos de repente se trincan y no pueden resistir lo que somos. Incapaces, realistas, hermosos, niños, adultos, viejos, todos hijos de un solo hombre, todos destinados para lo mismo, todos hechos para aprender, todos hechos para morir al fin, después de una vida insensata, cruel y aliviada de tanta lío, de tantas sensaciones, de tantas emociones. Y volvemos a vernos en un mundo mejor, pero volvemos a nacer entre las mismas personas, con distintos roles, pero no importa, porque sabemos que en el fondo si las conocemos… Vida, satisfactoria… Vida feliz… Vida, ¿Qué es la vida? Somos solo un punto en el universo… Lo que nos queda es vivir, dejando los temores, olvidando los malos ratos, y creyendo en el bendito presente que se muere por que lo vivas, porque lo tomes en serio aunque sea una sola vez en el día, que tengas claro que el futuro no es real y el pasado es un maldito estado de gente inculta que se muere por dentro sin saber que pasa en frente de ellos… Así somos, así nacimos, así crecimos, así morimos.
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